John Saxe-Fernández La Jornada. 29 de junio de 2023La irracionalidad omnicida cada vez mas intensa fuera de control en estos días tiene manifestaciones que ponen en serio riesgo la vida en el planeta, sea desde una catástrofe climática ampliamente advertida por cuerpos científicos, como la Organización Metereológica Mundial (OMM) y Copernicus, de la Unión Europea (UE), o de riesgo de guerra mundial.
El geógrafo y politólogo Manlio Dinucci en su artículo “Despliegue armado de Occidente desde Europa hasta el Indo-Pacífico” señala como “Los ejércitos europeos se entrenan, bajo las órdenes del Pentágono estadunidense, para guerrear contra Rusia y China, dos países que no amenazan y que nunca han amenazado el continente europeo.” (Voltaire.net, 16/4/23)
La gravedad de esta afirmación requiere de un necesario análisis con suficiente calibre explicativo como el que ofrece John Bellamy Foster en El nuevo irracionalismo, en valioso rescate de la magistral obra El asalto a la razón, de G. Lukács,1923, en el cual enlaza filosofía, capitalismo, fascismo e imperialismo: “Estamos viendo un repentino resurgimiento de la guerra y el fascismo en todo el mundo”, señala Foster. “La economía mundial capitalista como un todo se caracteriza por un estancamiento profundo, la financiarizacion y la amenazante inequidad junto con el prospecto de un omnicidio planetario en las formas duales de holocausto nuclear y desestabilizacion climática”. En este peligroso contexto la noción misma de razon es cuestionada (Monthly Review, 3/2/23).
Frente a la preocupante fusión de riesgos existenciales de corte bioclimático y bélico industrial existe una notable ignorancia pública, precisamente de parte de la población que enfrenta directamente esas amenazas. Los datos preocupan. Según la OMM es probable que las temperaturas mundiales alcancen niveles sin precedente en los próximos 5 años, impulsadas por los gases de efecto invernadero (que permanecen en letal desregulación) aunado al fenómeno natural de El Niño. Hay alta probabilidad de que entre 2023 y 2027 la temperatura media mundial anual “supere en más de 1.5 grados Celsius los niveles preindustriales durante al menos un año” (OMM, 17/5/23), lo que representaría, literal, “consecuencias catastróficas para los ecosistemas mundiales y la sociedad” (World Metereological Organization, 24/5/2022).
A decir del meteorólogo estadunidense Jeff Bernardelli ante una imagen de la República Mexicana mostrando el calor extremo en tonos rojos y morados profundos, declaró: “cuando miro esta corriente en chorro la palabra insano viene a mi mente”. Via Twitter dijo que no hay nada equiparable a esta ola de calor, con récords durante siete días seguidos (20/6/23).
Mientras el calor planetario sigue en aumento se agudiza en paralelo una muy peligrosa carrera armamentista. El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocomolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) ha señalado en su último informe que 2022 es uno de los mas peligrosos periodos en la historia humana por el crecimiento del arsenal nuclear, llamando con urgencia a restaurar la diplomacia nuclear y a fortalecer los controles internacionales sobre este tipo de armamento. Según Jake Johnson (Defend Democracy Press, 14/6/23) el SIPRI estima en nueve los países con armas nucleares.
La misma Rand Corporation, think tank de la Fuerza Aérea de EU y una de las principales promotores del acoso estratégico desplegado por ese país contra Rusia a lo largo de decenios (ver JSF, “Acoso estratégico”, La Jornada, 20/12/7), ahora muestra preocupación por un alargamiento de la guerra en Ucrania, e incluso propone negociaciones “en las que la cesión de territorio ucranio será un elemento fundamental” (!!!). “Llegamos a la conclusión de que, además de evitar una posible escalada hacia una guerra entre Rusia y la OTAN o el uso de armas nucleares por parte de Rusia, evitar una guerra larga es también una prioridad más importante para EU que facilitar significativamente un mayor control territorial a Ucrania”. (Charap y Priebe “Avoiding a long War”, Rand Corporation, 2023).
A pesar de que va contra sus intereses mas egoístas, las potencias implicadas en esta guerra tienen otros planes. El Reino Unido ha ofrecido enviar a Ucrania municiones de uranio empobrecido, lo que EU también considera hacer, presentándolas de manera aséptica como “proyectiles perforantes que sólo destruyen los tanques, por lo que no implican una escalada, porque ‘técnicamente’ no se trataría de un arma nuclear como dicen las autoridades rusas” (sic).
Irak sufrió bombardeos por parte de EU con estas armas, mientras la OTAN bombardeó Yugoslavia, por tanto, hay suficiente evidencia de los daños a las personas, animales y medio ambiente en los hospitales y las morgues. “No existe manera digna de disimular el uso de proyectiles con un historial tan trágico como el uranio empobrecido” (Mirko Casale, Ahí les va, RT, 27/3/23).
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