Nuria Barbosa León | internet@granma.cu
Granma. 17 de mayo de 2023
El presidente Joe Biden mostró preocupación ante la ciberguerra que se realiza en el mundo y la emprendió contra Rusia y China por esas prácticas pero sin mencionar todo lo que realiza su país. Foto: Sputnik
La defensa de la Revolución cubana necesita un enfrentamiento directo y frontal contra la ciberguerra que se nos hace desde Estados Unidos
La Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) mantienen una guerra no convencional contra Cuba desde el mismo triunfo de la Revolución el 1ro. de enero de 1959 con el fin de derrocarla, incluso, a través de ciberataques.
El blanco de esos ataques informáticos está en las instituciones, principalmente los organismos políticos y de masas, de la administración y los medios de prensa, con la pretensión de generar caos y desarticular sus funciones para generar irritación en la población, como destaca el sitio web Cuba Sí.
La publicación divulga un informe del Centro Nacional de Tratamiento de Emergencias de Virus Informáticos de China, en el que se revela cómo Estados Unidos desarrolla una estrategia ciberespacial para derrocar gobiernos, constitucionalmente instituidos y refrendados por el voto popular. También reconoce que EE. UU. encabeza los países que han desarrollado complejos sistemas de exploración informática globales para alcanzar una supremacía en la adquisición de información estratégica en las esferas militar, política e industrial; y que se articulan en los sistemas digitales Prism, Eshelon, Carnivore, NarusInsight, Turbulence, Co-Traveler, Dropmire y XKeyscore.
En declaraciones a CubaSí de Daniel Ramos Fernández, director de negocios digitales de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), se señala que esas formas de enfrentamiento digital se detectaron en la década anterior y ya en año 2017 eran capaces de interceptar, diariamente en todo el mundo, más de 1 700 millones de llamadas telefónicas y correos electrónicos, acceder a información de más de 5 000 millones de teléfonos móviles y conocer la ubicación y movimientos de sus propietarios.
El experto en sistemas informáticos y ciberseguridad agrega que, en el caso de Cuba, diversas operaciones subversivas desarrolladas por el gobierno yanqui y sus agencias de inteligencia se canalizaron a través de organizaciones, fundaciones, compañías profesionales internacionales y personas naturales.
Se destaca Zunzuneo, que bajo la apariencia de una red social inocente encubrió una operación secreta financiada y dirigida por la Usaid. En 2012 captó más de 40 000 suscriptores cubanos que desconocían, hasta que fue denunciado por Etecsa, que detrás del servicio había contratistas que recopilaban información privada con fines políticos.
Recordó, también, que el Departamento de Estado creó el 7 de febrero de 2018 una Fuerza de Tarea en Internet para Cuba compuesta por funcionarios gubernamentales y no gubernamentales con el objetivo de “promover el libre flujo de información” y “ampliar el acceso a Internet y los medios independientes” en Cuba, en respuesta a lo dispuesto en el Memorando Presidencial de Seguridad Nacional de 16 de junio de 2017, emitido por Donald Trump en la ciudad de Miami, donde el Jefe de la Casa Blanca, rodeado por miembros de la ultraderecha de origen cubano, anunció entonces un cambio de política hacia la Mayor de las Antillas con el fin de fortalecer el bloqueo y limitar los viajes entre ambos países.
En la actualidad, «la guerra en el ámbito cibernético que se nos hace tiene la regularidad de inhabilitar sitios estatales con el objetivo de causar daños y afectar la estabilidad del país. En lo fundamental se han detectado ciberataques de denegación de servicios, conocidos como DoS/DDoS, que generan muchas solicitudes a un servidor por encima de su capacidad de procesamiento para que colapse, algunos orientados a tomar el control de las bases de datos de los sitios web y obtener información de valor y en los últimos tiempos dirigidos a desconfigurar determinados sitios y colgar letreros contrarrevolucionarios».
Aseguró que «se trata de dañar la imagen del país y ejercer influencia política sobre la población. Se aprecia una mayor coordinación y organización de los ataques, así como la utilización de cientos de sitios, blogs y colaboradores en internet que sistemáticamente mienten sobre la realidad cubana, como base para fabricar informaciones falsas, que muchas veces son replicadas por poderosos medios de comunicación, cuya agenda coincide con la política estadounidense».
Puntualizó que «ante este escenario se precisa incrementar las medidas de monitoreo para mantener la ciberseguridad en los servicios e infraestructuras del país, eliminar las vulnerabilidades en los sistemas de las instituciones, reforzar las acciones organizativas y técnicas, realizar denuncias internacionales sobre estos eventos, potenciar la comunicación política digital y la articulación con las fuerzas de izquierda de América Latina y progresistas del mundo».
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