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Honduras y sus malas condiciones que provocan migración

Rocío Luna


Pero ¿que pasa con Honduras? Hace 10 años  Honduras recibió un golpe de estado orquestado militarmente desde Estados Unidos por firmar la  Alianza Bolivariana de los Pueblos de América Latina (ALBA) que es una organización internacional formada por países de América Latina y el Caribe que pone énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social con base en doctrinas de izquierda.

En cuento se realizó el golpe de estado se instaló un gobierno de confianza de los Estados Unidos con una agenda neoliberal, tras dos elecciones muy dudosas y una reelección  el presidente actual Juan Orlando Hernández que es bien visto por el gobierno yankee ha tenido favoritismo a la privatización de los recursos hondureños como  territorios con explotación minera, telefonía, agua, electricidad, hospitales, cómo otros servicios básicos para la población, es por eso que el pueblo se ha organizado para oponerse a tal atropello de su derecho a elegir su gobernante así como exigir que se revierta el deterioro de sus condiciones de vida

Honduras y la caravana migrante

Para empezar Honduras es un país pobre y con grandes desigualdades que se enfrenta a desafíos significativos, con cerca del 66 por ciento de la población viviendo en la pobreza en 2016, según datos oficiales. En zonas rurales aproximadamente uno de cada 5 hondureños viven en pobreza extrema o con menos de US $1.90 al día según datos del banco mundial. 

El país también es vulnerable a choques externos. Su sector agrícola, por ejemplo, perdió cerca de un tercio de sus ingresos en las dos últimas décadas, en parte debido a una disminución de precios en los productos de exportación, en especial bananos y café en el 2018.

Ahora bien, sus gobiernos no han logrado sacar adelante a este país ya que está corrompido. En 2017, Juan Orlando Hernández logró una controvertida reelección en Honduras. Su estilo autoritario, mezclado con corrupción y una política de austeridad, ha sumido al país en una crisis.

Entre la problemática que hoy aqueja más al pueblo hondureño comenzó con dos decretos sobre la política de educación y de salud en abril. Desde entonces, una avalancha de protestas está arrinconando cada vez más al presidente Juan Orlando Hernández. Según los analistas, las perspectivas de que se estabilice la situación en el país centroamericano son sombrías según datos del periódico Deutsche Welle.

Durante abril los sectores de educación y salud se mantuvieron en un paro  contra una serie de medidas del gobierno que consideran que llevan a la privatización de la sanidad y la educación ,y siguen "precarizando" ambos servicios.

El origen de las protestas es el hecho de que el gobierno sistemática y progresivamente ha ido haciendo un desmontaje del sistema de salud, ha ido precarizando la prestación de los servicios de salud de la población hondureña a través de muchas leyes que ha ido promulgando ", señala en declaraciones a BBC Mundo la presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), Suyapa Figueroa.

Aunque para finales del mes de abril derogaron de los decretos, algunos profesores y médicos mantuvieron el pulso al gobierno en las calles.

Hoy el  gobierno niega la acusación de que sus reformas vayan a acabar en la privatización de los servicios sanitarios y educativos, algo que conllevaría despidos. Por el contrario, defiende que permitirían ahorrar US$300 millones que utilizaría para invertir en educación primaria, la construcción de dos hospitales y la mejora de los servicios de atención neonatal.

Lo que es cierto es que el Ejército continúa patrullando las calles, después de que Hernández lo desplegara "para garantizar el derecho a la libertad de locomoción, protección de propiedad privada/pública y desde luego la protección de integridad de la población", según escribió en junio en su cuenta de Twitter. Porque no solo los médicos y profesores han tomado las calles, y han sido víctimas de violencia por parte del ejército y la policía, sino que también existen los paros de transportistas y bloqueos de carreteras que han  afectado la distribución de combustible en el país.

¿Cómo llego a esto Honduras?

En abril de este año tras estar en un país complicado lleno de protestas por defensa a sus derechos, un país con violencia en las calles a causa de las desigualdades y pocas oportunidades de prosperidad, se formó u a caravana con 20 000 migrantes con el  objetivo recorrer el norte de Centroamérica y el territorio mexicano para llegar a Estados Unidos, donde esperan lograr una vida próspera, alejada de las dificultades que enfrentan en sus comunidades de origen. La nueva caravana ha tomado por sorpresa al Gobierno que encabeza Juan Orlando Hernández, cuyos funcionarios negaron que su pueblo se pondría en marcha en busca de mejores condiciones de vida.

El movimiento migratorio, que incluye varias familias con niños, se produce en momentos en los que Trump busca endurecer la política migratoria, con el número de detenciones de migrantes indocumentados en fuerte alza en la frontera con México. Aunque ni los militares ni las cercas de alambre de púas disuaden a los hondureños de emigrar, a razón de unas 300 personas por día cruzan la frontera con Guatemala, además de otros grupos minoritarios que van en autobuses, según expertos. Así como salen grandes cantidades de hondureños, llegan deportados.

Hoy Honduras está en ruinas, la gente se va para Estados Unidos en grandes caravanas, hay más pobres y pobreza, según las estadísticas, y los pobres están más pobres que antes, y el panorama a futuro no parece que cambie, ya que está en riesgo la salud y educación que son las armas para fortalecer a un pueblo que hoy enfrenta dificultades económicas y políticas que están echas a conveniencia de un gobierno facto impuesto por Estados Unidos.

Nosotros como personas debemos respetar los derechos humanos que tiene cualquier ciudadano del mundo, porque no somos ajenos a estar en circunstancias similares. Recordemos que los migrantes viajan grandes  distancias para buscar mejores condiciones de vida.

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