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IDEOLOGÍA Y PODER SINARQUISMO Y COMUNISMO

Paula Allende


Es verdad, hay una ciudad en donde no se piensa igual al resto del país, es verdad, la cultura domina la realidad, es verdad, la técnica y la carencia de ciencia determinan la cotidianeidad; es verdad, en 1937 surge en la ciudad de León Guanajuato el Sinarquismo, entendiendo por éste un movimiento que tiene sus orígenes en la reacción de la ultraderecha mexicana a las políticas de izquierda introducidas durante el Maximato y el Cardenismo dando origen a numerosas organizaciones neofascistas, nacionalistas, conservadoras y sincréticas. Es verdad, su ideología se fundamenta en el fascismo clerical, el ultranacionalismo, anticomunismo y antiliberalismo (Sinarquismo mexicano, s.f.).


Como anécdota puedo comentar, que subido estaba hace unos veinte años sobre un banco de madera un trajeado individuo frente a la Presidencia Municipal; voz en cuello gritaba la importancia de retomar esa doctrina en la ciudad; es verdad, nadie le escuchaba, es verdad los transeúntes deambulaban y sólo uno que otro atónito y perplejo intentaba descifrar el discurso del encaramado; varias veces le vi intentando persuadir al estilo de Pastor Evangélico a los que por ahí pasaban, buscando convencerles de retomar y reimpulsar al Sinarquismo en la ciudad. Desde entonces me preguntaba yo si este era el León de mis amores o de mis desazones, en donde el pensar ciertamente es desigual y lamentablemente se concreta en el actuar.


Desde los años del incipiente sinarquismo en México, al final de los años 30´s, la ciudad ha estado ciertamente controlada por grupos que han incidido en la mente de millones de leoneses que piensan diferente, diferente al resto de los conciudadanos de nuestro país; además, en esta entidad hasta hace algunos años, las ciencias sociales estaban vetadas para no incidir en el pensamiento de la colectividad, y cuando por fin hace poco llegaron, se impusieron las doctrinas propias de los países desarrollados, en donde la pobreza y marginación son inequiparables a las de nuestro país, y en donde esas teorías justifican la realidad social que determina a los seres humanos; pero hacer uso de las mismas para interpretar y proponer soluciones a la realidad latinoamericana, es otro cantar.


La Universidad de Guanajuato prohíbe, si no de facto, si a través de programas predeterminados teorías no pertinentes para el análisis, interpretación y posterior solución a la problemática social que condiciona la vida de millones de mexicanos. Aquí, prácticamente en todos los recintos universitarios abocados a las ciencias sociales las teorías que prevalecen son el funcionalismo y el estructuralismo, mismas que no dan ni la interpretación idónea, ni la solución adecuada a la problemática ni del estado, ni del país. Tan es así la situación, que la teoría marxista ampliamente difundida en otras universidades de México, aquí prácticamente no se imparte.


Por otro lado, en las diversas ciudades de Guanajuato, la formación técnica y administrativa es preponderante, ya que hay que satisfacer las necesidades de zapateros, curtidores, empresas y trasnacionales, razón por la cual, se forman fundamentalmente tan sólo estudiantes para su ulterior desempeño en la producción, los servicios y el favorecimiento de los capitales, pero no para garantizar el desarrollo idóneo y adecuado de los seres humanos. En Guanajuato, pero sobre todo en León, lo tecnológico - administrativo priva en la formación académica de estudiantes y pupilos; de tal manera que en esa ciudad hay un Tecnológico de Monterrey – ITESM, un inmenso Instituto Tecnológico de León – ITL y una Universidad Tecnológica de León – UTL, además de innumerables universidades privadas cuya currícula prácticamente responde asimismo a lo técnico administrativo, mientras que en el municipio aledaño de Silao están las modernas e impactantes instalaciones de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería – UPIIG del Instituto Politécnico Nacional – IPN literalmente circundadas por cientos de trasnacionales como la General Motors, Pirelli, Volks Wagen, Nestlé, Denso, Nivea y un largo etcétera, y es ahí, en donde estudiantes provenientes de muchos estados del país se esfuerzan cotidianamente para con su conocimiento servir a las empresas no sólo nacionales, sino sobre todo foráneas asentadas en nuestra nación, es decir, el Instituto Politécnico Nacional asentado en Guanajuato está básicamente al servicio de los intereses del capital no nacional, sino extranjero, y es aquí en donde por sus amplios espacios, me consta, transitan entre otros, alemanes, japoneses, suizos, franceses y estadounidenses que solicitan a sus directivos alinearse y servir a sus intereses. Lamentablemente ciertamente en la UPIIG, el sueño del General Lázaro Cárdenas se desvanece. Además, no sólo en León y Silao se imparte fundamentalmente formación técnico – administrativa, existe en Dolores Hidalgo, cuna de nuestra ¿independencia? nacional la UTNG cuyo acrónimo significa Universidad Tecnológica del Norte de Guanajuato, en Salamanca, la Universidad Tecnológica de Salamanca – UTS, en Celaya la – UTLB cuya sigla significa Universidad Tecnológica Laja Bajío, etc., así como los innumerables Centros de Estudios Tecnológicos Industriales y de Servicios – CETIS, los Centros de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios – CBTIS y los Colegios de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Guanajuato – CECYTEGs.


La técnica al servicio de un estado, de un estado neocolonial o neoliberal, en donde las teorías de izquierda si acaso se asoman eventual y furtivamente es en algún resquicio de la Universidad de Guanajuato, pero no más y probablemente el único espacio en donde en ciertas cátedras se atrevan a hacer gala de su presencia en esta entidad, sea en la clase media - alta – IBERO - León, en donde en cursos de “Análisis de la Realidad Nacional”, “México en el Contexto Internacional”, “Grupos Marginados de la Sociedad”, ”Problemas Socioeconómicos y Políticos de México”, etc. sirvan como instrumento para evidenciar lo que al país tanto ha dañado y para diseñar adecuadas propuestas para su rescate y mejoramiento. La Universidad Iberoamericana plantel León, se convierte así, en la universidad más progresista del estado.



Ciertamente entones, el contenido teórico que se imparte en tantos institutos y universidades de Guanajuato, aunado a los medios de comunicación locales se convierten en la fuente del pensamiento dominante, por lo que el neocolonialismo se viabiliza y se concreta y es toda una realidad en el estado; se podría decir entonces, que en León y en gran parte de la entidad existe una ideología dominante, ya que prácticamente en esta parte del Bajío no se imparte y por ende no existe un pensamiento ni crítico ni analítico, sino técnico y administrativo. Este pensamiento aunado ahora si a un recuperado pensamiento sinarquista generaron que en el 2018 la población de Guanajuato se manifestara en una considerable proporción en contra del proyecto de nuestro actual presidente Andrés Manuel López Obrador por considerarlo “comunista - socialista” ya que desde antes de las elecciones se escuchaban en los recintos sagrados plegarias preelectorales “para que no nos llegue el comunismo”; esa “aterradora” palabra que aún se repite en un estado plagado de homicidios y asesinatos, el más violento del país en fechas recientes y en donde la desigualdad y la pobreza son las condicionantes de millones de guanajuatenses, es en donde hasta con furia amplios sectores de la población rechazan cualquier pensamiento que no sea acorde al pensamiento de la derecha. En innumerables reuniones familiares, sociales y hasta religiosas sus participantes se expresan con animadversión a todo lo relacionado con la cuarta transformación.


Ante este particular panorama los foráneos nos extrañamos y nos preguntamos el porqué de tanta sumisión por parte de la población y la escasa presencia de Morena en Guanajuato, partido inmensamente deteriorado por la presencia en sus filas de neoliberales “chapulines” quienes en muchas ocasiones responden más a los intereses de quienes gobiernan la entidad. Guanajuato fue en el 2018 el único espacio territorial en el país que se pintó de azul, rechazando con el voto a quien nos está salvando, a quien prensa y medios permanentemente critican y censuran y están denostando y a quien de mil maneras siguen rechazando. Aterrados los guanajuatenses de que nos llegue el “comunismo” al emblemático estado por la libertad, ésta se restringe y se limita en las mentes de los conciudadanos que huyen despavoridos ante el sólo sonido de tan “cuestionable y aberrante palabra”; curas tradicionales declaran desde el púlpito que hay que prevenirse para que aquí no llegue el flagelo que ciertamente nos condenará, pero indubitablemente ni unos, ni otros cuestionan los neocoloniales sistemas de esclavitud moderna, en donde hombres y mujeres llegan a trabajar hasta 17 horas por jornada y rotan hasta cada dos días de turno afectando irremediablemente su ritmo circadiano, razón por la cual los accidentes de trabajo son el pan nuestro de cada día, quedando muchas veces mutilados de por vida jóvenes obreros y obreras; padres y madres, que requieren del sustento.


Guanajuato es a nivel nacional, el espacio preponderante por y para la administración y la técnica, y como es el caso de ciertos parques industriales, para jamás parar las fábricas, y es en estos recintos fabriles, en donde las luces jamás se apagan, en donde no se sabe si es de noche o de día. Guanajuato es el espacio en donde la extrema derecha impera, no sólo en la mente de los agraviantes, sino también de los agraviados que no cuestionan ni entienden por qué en la industria automotriz del estado se pagan a nivel mundial los peores salarios y en donde se conciben como normales las peores prácticas de sobreexplotación capitalista del trabajo, y en donde ciertamente, como lo había pronosticado José Alfredo Jiménez, aquí “la vida no vale nada”.


Desde la finalmente reivindicada recuperación del sinarquismo en la mente de los actuales jóvenes cuyo emblema presumen en camisetas y gorras, la escasísima formación en Ciencias Sociales cuyo marco teórico se remite al funcionalismo-estructuralismo, dejando a un lado los contenidos teóricos de izquierda, hasta la animadversión generalizada para que “no nos llegue a gobernar el comunismo”, Guanajuato es por antonomasia el estado en donde ideología y poder van de la mano.



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