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La deuda y el cambio climático

Héctor Torres González

La cumbre de la ONU sobre el clima, que se celebra en Escocia, no está llegando a acuerdos sustantivos y reales que detengan el colapso ecológico producido por el actual modelo capitalista de producción y de consumo. El capitalismo verde que se está impulsando no es una verdadera alternativa para el mundo porque el sistema de injusticia, de desigualdad y de falta de libertad prevalecerá y porque ninguna potencia mundial y los grandes capitalistas quieren pagar el financiamiento para atender la emergencia climática. Por eso no firman acuerdos o alargan el tiempo para cumplirlos, que es lo mismo. Desde 2015 con el Acuerdo de París se plantearon diversas acciones para combatir con urgencia el cambio climático y es fecha que no se cumplen los compromisos y acuerdos adquiridos.


Nadie de las grandes potencias económicas mundiales, y además con mayor responsabilidad en la depredación del medio ambiente, asume pagar el costo de las medidas a adoptar para transitar hacia una nuevo sistema económico y social sustentable ecológicamente y justo.

Un estudio del Banco Mundial (Scaling Finance for Transformational Climate Projects, COP26) estima que las necesidades financieras para atender la emergencia climática (la reducción de las emisiones de carbono, la transición energética, infraestructura para el agua y limpia de océanos, transporte ecológico, infraestructura que resista los cambios climáticos, atención a desastres naturales, etc.) son cuantiosas y suman 1.55 billones de dólares por año, del 2021 al 2030. Incluso el Banco Mundial plantea que, de no actuar, el costo aumentará al doble.

Los grandes financieros internacionales ya ven un gran negocio en la lucha contra el cambio climático. En esta cumbre de la ONU se ha anunciado que unas 500 grandes firmas financieras gestionarán, de 2022 hasta 2050, 130 billones de dólares, alrededor del 40% de los activos financieros del mundo, a objetivos climáticos relacionados con el Acuerdo de París, incluyendo la limitación del calentamiento global a 1.5 grados centígrados. El gran capital financiero privado se apresta a movilizar enormes sumas de dinero para prestarlos a los países. Los gobiernos de los países desarrollados, por su parte, se comprometieron a aportar 100 mil millones de dólares desde la cumbre anterior, pero es fecha que no han cumplido.

Sin cuantiosas sumas de dinero no habrá inversiones para la reconversión productiva sustentable tanto en la industria como en la agricultura, los servicios, la energía y en la gestión del transporte y la planeación de ciudades ecológicas.

Los países pobres y los llamados emergentes están tan endeudados y con pocos recursos para atender la pandemia que menos recursos tienen para el cambio climático.

La deuda externa pública de todos los países pobres y emergentes, en 2020, sumaba 8.7 billones de dólares (3.5 billones de dólares corresponden a deuda pública de largo plazo) y la de América latina y el Caribe, que es la región más endeudada, su deuda fue de 1.9 billones de dólares, con 923 mil millones de dólares de deuda pública externa. Con la pandemia la deuda pública externa de los países pobres y emergentes o en desarrollo creció en más del 5%, y es muy probable que en el futuro se presente una crisis de deuda por parte de estos países.

Los grandes financieros capitalistas ya ven un gran negocio el otorgar “prestamos verdes” para financiar “proyectos verdes” con lo que buscan que los pueblos sigan endeudándose, pero ahora con el señuelo de “deudas verdes”. Pero esas deudas ahora verdes seguirán saqueando a los pueblos pobres y en desarrollo y enriqueciendo las arcas del capitalismo financiero mundial porque seguirán prestando a altas tasas de interés. No es el afán de combatir el cambio climático y sus efectos, sino es el afán de acumular más capital lo que mueve a estos grandes financieros capitalistas pintados de verdes.

Es el sistema capitalista mundial el que atenta contra la naturaleza y la humanidad por su afán sin límite de reproducirse a expensas de la explotación y opresión del trabajo ajeno. Cambiar este sistema por otro que ponga por delante a la naturaleza (la especie humana forma parte de la naturaleza misma, pues surge de ella) es imprescindible para una vida digna y plena.


Promotora Nacional por la Suspensión del Pago de la Deuda Pública

Promotora Nacional por la Suspensión del Pago de la Deuda Pública – Por el bien de todas y todos: suspensión del pago de la deuda pública !Ya! Por que frente a la crisis económica mundial y nacional y el abrupto frenón de la economía provocado por la pandemia de COVID-19 -la cual está lejos de concluir- es indispensable contar con cuantiosos recursos económicos, que hoy se van en el pago del servicio de la deuda pública, para enfrentar las necesidades básicas de las familias mexicanas, la pérdida masiva de empleos y cierre de ... nomasdeudapublica.org


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