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La Spirulina formó parte de la dieta milenaria 

Por Sonia González 

Desnutrición, sobrepeso, obesidad, diabetes e hipertensión son enfermedades cada vez más comunes en un mundo globalizado donde los patrones de alimentación se encuentran severamente influenciados por el gran monopolio de la industria de los alimentos, desde su producción hasta la distribución.


Malas prácticas en la alimentación como el consumo excesivo de alimentos ultra procesados que son ricos en calorías, azúcares, grasas, sales, edulcorantes, aditivos nocivos, deterioran drásticamente nuestra salud, la falta de ejercicio, de horas de sueño, el estrés. Es momento de retomar prácticas que favorezcan nuestra salud, como el consumo de alimentos saludables, naturales y locales.

Como lo decía Hipócrates “Que el alimento sea tu medicina”, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1993 catalogo a la Spirulina como un alimento nutracéutico ya que es un promotor de la salud, además de que nutre, sana.

La Spirulina es un género de cianobacterias, las variedades más conocidas son S. máxima y S. platensis, este alimento existe en el planeta desde hace unos 3 mil 500 millones de años, en la actualidad ambas se cultivan, de manera natural este alimento creció en Chad en África y en el Lago salino de Texcoco, parte de la cuenca lacustre del Valle de México, antes de la invasión española se recolectaba, secaba y consumía durante todo el año, portadores de pescado fresco desde la costa hasta el Valle del Anáhuac se alimentaban con Spirulina, para favorecer su energía, ellos recorrían distancias superiores a los 300 km una resistencia extraordinaria. Prácticamente su consumo en México desapareció hasta los años 70 cuando la fábrica Sosa Texcoco produjo grandes cantidades de la cianobacteria. 

Este es uno de los alimentos más antiguos, nutritivos y saludables que existe, contiene 200 veces más proteína que la carne, para su producción utiliza de 100 a 400 veces menos de agua que cualquier fuente de proteína convencional, el agua que utiliza para su reproducción no necesariamente tiene que ser potable, es considerada como uno de los organismos con mayor capacidad de producción de oxígeno superando a los árboles, para su cultivo se requiere poco espacio en comparación con producción de otros alimentos.  

Tiene importantes contenidos nutricionales rica en vitamina E (agente de antienvejecimiento celular) y vitamina B1 (tiamina), importante para producir acetilcolina (un neurotransmisor). La vitamina B12 es necesaria para un normal funcionamiento del tejido nervioso, ayudando a mantener la vaina de mielina que rodea a los axones neuronales. Aporta dosis de hierro, zinc, cobre y germanio, siendo este último un semiconductor que conserva los contactos eléctricos a través del sistema neurológico.

Contiene 65% de proteínas y aminoácidos; 55 de lípidos, 7% de minerales; 20% de hidratos de carbono y 3% de humedad. Dentro de los aminoácidos esenciales tiene: isoleucina 5,6%; leucina 8,7%; lisina 4,7%, metionina 2,3%; fenilalanina 4,5%; treonina 5,2%; triptófano 1,5% y valina 6,5%. Las vitaminas aportadas por 10 g de Spirulina en función de la dieta diaria recomendada, son: vitamina A betacaroteno 4,60 veces; vitamina B1 tiamina 0,21; vitamina B2 riboflavina 0,21; vitamina B3 (niacina) 0,07; vitamina B6 (piridoxina) 0,04; vitamina B12 5,33 veces; vitamina E alfa-tocoferol 0,03.

También contiene gran cantidad de pigmentos de clorofila y ficocianinas, antioxidante y antiinflamatorios. De fácil digestión ya que carece de celulosa. Tiene cualidades inmunológicas, antioxidantes, antiviral, protector contra el cáncer, retiene metales pesados por lo que es un antitóxico. Se ha demostrado que es un regulador contra la hiperglicemia y la hiperlipidemia. Existen también contraindicaciones para personas que padecen hiperuricemia, hipertiroidismo, fenilcetonuria.


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