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LA TENDENCIA A LA CAÍDA DE LA TASA DE GANANCIA

TML Weekly. 12 de septiembre de 2020. Núm. 34

El modo de producción actual, basado en la propiedad privada de los medios de producción y el objetivo de aprovechar para beneficio privado lo que producen los trabajadores de valor añadido, conlleva la tendencia a la disminución de la tasa de ganancias que se provoca y se deriva de la aplicación de la ciencia a métodos de trabajo y producción llamados productividad.


La relación entre la inversión total y el número de trabajadores necesarios durante la producción determina en gran medida la tasa de beneficio. La tasa de ganancia bajo el modo actual de producción se ve constantemente deprimida por las cantidades cada vez mayores de valor invertido necesarias para activar a los trabajadores.

A medida que el número de trabajadores en la producción disminuye con el desarrollo de las fuerzas productivas, como con el uso de robots e Inteligencia Artificial (IA), la tasa de ganancia de la inversión total disminuye. Este crecimiento de la productividad es una espada de doble filo para los oligarcas. Les permite competir y posiblemente acabar con sus competidores, pero trae consigo una tasa de ganancia que va cayendo.

La tasa de beneficio se expresa como una relación en el producto social entre el valor antiguo al nuevo valor o más específicamente entre el valor añadido que producen los trabajadores actuales y la suma de su valor reproducido (salarios, prestaciones y programas sociales) y el valor transferido del valor fijo (edificios y maquinaria, etc.) y el valor circulante (energía y material consumidos, etc.). El beneficio se deriva del nuevo valor que producen los trabajadores, específicamente el valor añadido. El beneficio no proviene del valor fijo y circulante transferido a la producción a partir del valor ya producido.

Se necesitan cantidades fenomenales de inversión para poner en marcha a los trabajadores que producen el nuevo valor que los oligarcas anhelan. Los ricos han buscado durante mucho tiempo maneras de superar esta tendencia de una tasa de ganancias que cae. En lugar de invertir en la economía productiva, se han inclinado cada vez más a la economía parasitaria y decadente que se basa en la venta y reventa ya del valor que ya fue producido, en los mercados de valores y mercados de materias primas, y en esquemas de tipo Ponzi para quitarle a los pequeños inversores la riqueza que poseen.

La otra forma dominante es que los gobiernos paguen a los ricos a través de inversiones públicas en sus empresas o mediante contratos de productos sociales a precios inflados. Ninguna inversión importante en la economía de ningún tipo se produce sin que los gobiernos participen a través de dádivas, exenciones fiscales, el uso de infraestructura pública para las grandes empresas a tasas preferenciales y otros esquemas de pago, como las asociaciones público-privadas, las compras similares a la compra por parte del gobierno de Trudeau del oleoducto Trans Mountain del monopolio Kinder Morgan u otros esquemas.

La concentración de riqueza y poder en menos manos y su control de los gobiernos, junto con la tendencia de una tasa de ganancia en caída, han hecho que el modo de producción se haya convertido en uno que se dedica a pagarle a los ricos. Todas las inversiones importantes incluyen pagos a los ricos de la riqueza colectiva en manos del Estado. Ninguna inversión de cualquier tamaño se lleva a cabo sin garantías gubernamentales de pagos estatales a los ricos. Ninguna decisión en política o asuntos económicos se toma sin la consideración de los oligarcas ricos que tienen el control.

Objetivamente, esta situación indica que los oligarcas ricos se han vuelto superfluos y no tienen ninguna razón para involucrarse en la economía. La economía está socializada. Los verdaderos productores, la clase obrera, deben convertirse en los propietarios y directores de la economía ya socializada e interrelacionada para que el poder de sus fuerzas productivas pueda organizarse y desatarse para construir la nación y servir al pueblo y a la sociedad sin interrupciones, crisis y guerras.

El modo de producción actual basado en la propiedad privada ha cumplido su ciclo y debe dar paso a uno nuevo, donde los productores reales, la clase trabajadora y sus aliados que producen la riqueza, tengan el control y establezcan sus propios objetivos para la economía y la sociedad en conformidad con la economía ya socializada y sus necesidades y las de toda la gente.


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