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Movimiento obrero en Matamoros

La organización de la clase trabajadora


Rocío Luna



Al inicio del año se firmó el decreto presidencial sobre el aumento del salario mínimo en la frontera, norte del país y esto desembocó en los acontecimientos que se desarrollaron en Matamoros donde 70 mil obreros de la industria maquiladora se lanzaron a la lucha, mediante actos de huelga, manifestaciones y asambleas, exigiendo este incremento salarial digno y un bono que permita fortalecer los ingresos de los trabajadores. Estos sucesos pusieron sobre la mesa el enorme poder de la clase obrera organizada, que comenzaron a paralizar la producción y por ende la columna vertebral de la economía de un municipio que depende en gran medida de esta industria.


En donde se realizaron estos hechos es decir Matamoros, Tamaulipas que es considerada una de las ciudades fronterizas más importantes del país, sede de grandes empresas internacionales y hasta hace unos meses con una amplia proyección de crecimiento en inversiones, se vio envuelta en una crisis obrera, social y económica con los paros y emplazamientos a huelga, que algunos aseguran tuvo tintes políticos.

Obreros de las 122 maquiladoras que estaban en el sitio comenzaron a movilizarse exigiendo claridad en los procesos de revisión salarial de este año a los líderes sindicales, así también que informaran sobre el rumbo de las negociaciones, ya que se rumoraba que los empresarios pretendían ajustar las prestaciones y eliminar bonos a raíz del incremento salarial para este año decretado desde el gobierno federal.


Los trabajadores también protestaron por la actitud de algunos dirigentes sindicales, que desde su punto de vista preferían posicionarse del lado de los empresarios que defender los intereses y aspiraciones colectivas de la clase obrera.


Los empresarios de 45 maquiladoras que es su mayoría son transicionales negaron el aumento ya que argumentaban que el decreto presidencial contemplaba estímulos fiscales para una franja de 25 kilómetros paralelos al Río Bravo, de Tamaulipas a Baja California y que el salario mínimo de la frontera se duplicaría para alcanzar 176.72 pesos diarios, pero nunca se precisó que en zonas como Matamoros en donde la gran mayoría de los obreros ya contaban con ese salario, aun as los obreros tenían derecho a exigir mejoras de su situación laboral, entiéndase también como un mejor salario y condiciones de trabajo.

La situación se convirtió en caldo de cultivo aprovechado por foráneos, y como siempre ha existido personas que manejan las situaciones a favor de unos cuantos quienes usaron la emoción de aumento no explicado a los obreros, incluso de aquellos trabajadores que ganaban entre 300 a 400 diarios, para comenzar a gestar una creciente inconformidad laboral. Ello aunado a que en algunos centros de trabajo procedieron a eliminar o reducir algunos bonos para no ver afectada su economía de las maquiladoras. Quizá uno pensaría que ganaban bien, pero no tomamos en cuenta cuáles son sus jornadas laborales y riesgos de trabajo a los cuales están expuestos.


Otro dato que hay que tomar en cuenta es que existen cerca de 122 empresas dedicadas a este ramo, que emplean a poca más de 80 mil obreros de manera directa y 25 mil de manera indirecta. La inversión en esta rama en el municipio, de acuerdo a las cifras del gobierno estatal de Tamaulipas es de aproximadamente 60 mil millones de dólares. La ganancia total de los empresarios sin duda es mucho mayor a esta cifra. La lógica del sistema capitalista dicta que la burguesía no invierte en algún sector donde no pueda obtener una jugosa ganancia. Entonces con esto podemos entender que las exigencias de un mejor salario y prestaciones de la clase obrera es justa.


Entre las dificultades que sufrió el movimiento es que las manifestaciones surgieron desde abajo y no de quienes debían defender los contratos colectivos, o sea los dirigentes de los sindicatos, incluso algunos delegados intentaron frenar el la lucha posicionándose del lado de los empresarios, justificando los recortes a las prestaciones y ocultando información. Pero la característica principal de este movimiento es que ha nació fundamentalmente desde las propias empresas, con una organización impulsada desde la base de la clase obrera

Tan imponente fue la lucha que los grandes medios de comunicación a nivel nacional se mantuvieron en silencio o no lo difundieron demasiado ya que esta lucha involucro a miles de obreros. No es casual, pues la mayoría de ellos están comprometidos con los intereses de los grandes empresarios. Sin duda temen que el ejemplo de la clase obrera de Matamoros cunda a nivel nacional, a los grandes capitalistas no les conviene informar lo que miles de obreros lograron. No olvidemos que la actividad económica de esta sociedad recae fundamentalmente en la labor que millones de trabajadores a nivel nacional, que los trabajadores son los verdaderos creadores de la riqueza y que bajo el capitalismo, no gira una rueda, no enciende un foco, no funciona la industria, el comercio, el transporte, las oficinas, sin el amable permiso de la clase obrera.


Es por eso que las empresas se acercaron ofrecido comidas gratis, rifar regalos en cada uno de los turnos y otras situaciones a cambio de que se regresara a laborar. Pero eso no es lo que quería el movimiento, ser doblegados por regalos momentáneos.

Entre otros esfuerzos de hacer desistir al la clase obrera fue el comunicado que dio La Confederación Patronal de México (Coparmex), en una conferencia de prensa, pidiendo “comprensión y entendimiento” a los sindicalistas y obreros, anunciaron que la petición de aumento salarial del 20% y el bono anual eran desmedidos y que las empresas no los podían pagar. En respuesta mantuvieron sus exigencias que eran justas y ante ese argumento de la patronal los obreros pudieron responder con la petición de que se abrieran y se hicieran públicos los libros de contabilidad de todas las empresas, que demostrarían las ganancias que obtienen anualmente y evidenciar claramente que si existe el dinero suficiente para cumplir las peticiones.


Este movimiento evidenció que durante años, la práctica de una buena parte de los dirigentes sindicales vinculados a la CTM ha sido la de controlar al movimiento obrero y posicionarse del lado de la patronal y los gobiernos en turno. Han utilizado al sindicato para el beneficio personal de los dirigentes y no como una herramienta de organización y lucha de la clase obrera.


Una de las tareas pendientes para hacer avanzar el movimiento obrero del país es la democratización de los sindicatos para que estos sirvan a la clase obrera y no a los intereses de un puñado de burócratas que se enriquecen a costa de las cuotas sindicales y negociaciones con la patronal, de las que los trabajadores no saben que sucede, ni conocen detalles.


El 10 de febrero del presente año en un comunicado difundido por el sindicato que dirige Juan Villafuerte Morales, se detalla que cada una de las 48 plantas maquiladoras en conflicto, logró un arreglo favorable que, se considera, da cumplimiento a las demandas de los agremiados. De ahí que se da por concluido el movimiento derivado de los emplazamientos a huelga y por lo tanto se vuelve de inmediato a las actividades.


Recientemente en junio trabajadores de las maquiladoras, principalmente estadounidenses, amenazan con despedir a los trabajadores que busquen afiliarse al recientemente creado Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y de Servicios Movimiento 20/32. Empresas como Politech, AFX, Decofilmex, Avant, Varel, Autoliv -considerada la más importante de Matamoros-, KForce, Bright Finishing, Konsgerb, I&I y Nordex, son señaladas como quienes han incurrido en despidos o amenazas de bajas. Ante estas amenazas de despido la abogada Prieto consideró que las empresas maquiladoras que operan en Matamoros están impulsando actos de corrupción.


Las amenazas, según Prieto Terrazas, obedecen para beneficiar a Juan Villafuerte Morales, secretario general del Sindicato de Obreros Industriales de la Industria Maquiladora; Jesús Mendoza, del Sindicato Industrial de Trabajadores en Plantas Maquiladoras y Ensambladoras de Matamoros; Alfredo Bazán Serrano, del Sindicato de Química y Petroquímica; Rubén Longoria Uribe, del Sindicato de Trabajadores de la Industria Maquiladora y Ensambladora; así como a Juana Leal, del Sindicato de Casas de Comercio. Hasta junio de 2019 se han registrado el cierre de dos maquiladoras, esto repercute en despidos, además de pérdida económica para el estado, pero también hace reflexionar de cómo estás empresas prefirieron mudarse a otros estados.

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