Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
En tiempos con expectativas de futuro, como son los actuales para los mexicanos, uno no puede sustraerse de los simbolismos históricos que subyacen y condicionan el imaginario popular.
Verbigracia: El 12 de agosto se cumplieron 161 años del triunfo de El Plan de Ayutla que echó de la Presidencia de México a Antonio López de Santa Anna. Dos años después, se instaló el Congreso Constituyente que dio curso a la Constitución liberal.
El 13 de agosto se cumplen 105 años de los Tratados de Teoloyucan, que en 1914 dieron fe del triunfo del Ejército Constitucionalista sobre la vesania y la usurpación. Tres años después, el Congreso de Querétaro aprobó la primera Constitución Social que conoció el mundo.
Juárez y Cárdenas supieron leer en los signos de los tiempos
Como lo dicta El Eclesiastés, todo a su tiempo. Leer en los signos de los tiempos, es atrapar la oportunidad por los pelos. Supo hacerlo Benito Juárez frente a quienes Melchor Ocampo etiquetó como conservadores.
El pensador don Jesús Reyes Heroles recuerda en su abundante e iluminante obra política que, para los conservadores, nunca es tiempo de hacer reformas constitucionales, siempre inoportunas e inmaduras. Para defender las reformas liberales, Juárez luchó por y restauró la República.
Leer en los signos de los tiempos, supo hacerlo el general Lázaro Cárdenas del Río y acaudilló la Segunda Independencia de México, la económica. Nació el Estado moderno mexicano.
Entre el gradualismo estéril y los aceleramientos macabros
Hay tiempos en que la política rinde los cambios al gradualismo. Puro reformismo de afeites e impactos regresivos: Los tecnócratas neoliberales, por ejemplo, al contrario, legislaron febrilmente para institucionalizar el individualismo y convertirlo en alma del mercado.
El Estado está sólo para la defensa nacional, la educación y la seguridad interna, fue la premisa de los yuppies: La cosecha no puede ser más macabra.
Ante la pregunta surgida después de la revolución electoral pacífica de hace un año, ¿qué hacer?, el obligado a responder el poder transformador y atenerse a las consecuencias.
Nosotros nos anclamos con Renato Leduc: Sabia virtud de conocer el tiempo… Con el agudo y ácido poeta uno no se equivoca. Vale
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.
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