La clase obrera mexicana ha logrado, junto con todo el pueblo, una gran victoria al derrotar al PRIAN y aliados el 1º de julio de 2018. La tarea más importante era y es acabar con el dominio de esa dictadura pluripartidista que tanto daño le hizo a México.
La situación de los trabajadores empeoró enormemente, el salario cayó de 1976 a 2018 de tal modo que hoy es la quinta parte del salario promedio de 1976. Esta situación tiene que solucionarse.
El entreguismo hacia EU, el Tratado de Libre Comercio y las políticas neoliberales obligaron a 10 millones de trabajadores a migrar al norte donde son tratados como modernos esclavos. En México se destruyeron conquistas logradas en 150 años de lucha. Ya no hay jornada de 8 horas, ni empleo seguro, ni prestaciones, ni pensiones dignas, ni vivienda decorosa. La educación y la salud cayeron por los suelos.
La situación actual comienza a revertirse con el aumento del salario mínimo del 16% éste año y con los triunfos de la clase obrera en Matamoros en los que obtuvieron un 20% de aumento y un bono de 30 mil pesos aunque también fueron objetos de la feroz represión de la policía estatal panista de Tamaulipas. Por otro lado hay grandes pendientes como el que todavía se permita el Outsourcing que viola absolutamente todos los derechos laborales.
En 2019 tenemos la tarea de levantarnos, unirnos y en pie de lucha recobrar todo lo que nos han arrebatado. Luchar por leyes que defiendan nuestros derechos y no los de las Corporaciones. El movimiento obrero tiene todo el potencial de conquistar una vida mejor pero nada va a caer del cielo. Los derechos no se mendigan, se arrancan.