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Primero ocuparnos de la Agenda del Pueblo.

MEXTEKI


Los problemas y necesidades de nuestro pueblo y nuestro país son grandes y complejos, tienen solución, hay alternativas y hace falta toda la energía, la unidad popular, la amplia movilización para hacer prevalecer los intereses del pueblo.


El pueblo tiene su propia agenda, sus prioridades a corto y largo plazo. La fuerza del pueblo es inmensa, basta la movilización de millones de personas para imponer sus intereses. Nada puede detener al pueblo unido y organizado.


Precisamente por eso los poderosos, el imperio, las corporaciones, buscan desviarnos y distraernos con problemas ajenos a nosotros, volvernos espectadores o seguidores. Interesarnos en la vida de los demás y no en la propia. Promover los valores más retrógrados y ajenos a nosotros.


Es ridículala atención que los medios y las redes sociales le prestan, por ejemplo, a la monarquía británica, publicando montones de chismes sobre príncipes y princesas, especulando sobre sus romances e infidelidades, siempre en los espacios más íntimos. Nos distraen con especulaciones sobre problemas íntimos, de artistas, deportistas, cantantes. Incluso cuando se trata de abordar temas históricos se especializan en inventar relatos sobre la vida sexual de las y los héroes, quitándoles toda dimensión social.


De lo que se trata siempre es distraer al pueblo de su propia agenda, ocultar los mecanismos del sistema para mantener la explotación y la opresión y también de imponer su mentalidad y valores.



Esto es así en temporadas electorales, a la usuanza de la “democracia americana” en la que en las elecciones presidenciales se lanzan varias personas a las primarias y en ellas lo más importante es su vida personal, su vida familiar, sus problemas de adicciones y no los grandes problemas que sufre la población y las alternativas que proponen. Y cuando se trata de debatir sobre las soluciones a los problemas siempre lo hacen en el marco de la agenda del propio sistema e inmersos en los valores de los poderosos. Cuando incluyen algún candidato discordante lo usan para demostrar que la democracia sí funciona en Estados Unidos. En el fondo siempre de lo que se trata es de escoger a quien seguir, en quien depositar fe y confianza, depositando en ellos el poder, para luego de delegar nuestra soberanía esperar a que haga bien las cosas. Finalmente el candidato que triunfe: demócrata o republicano se va a ajustar a la línea que le marca el verdadero poder, el de las grandes corporaciones que maneja el “Estado profundo”.


En México está al orden del día hablar de las corcholatas, su relación con el presidente, a quien conviene seguir, quien es nuestro “gallo” o nuestra campeona. Esperando de ellos que “sigan con la transformación”, así en abstracto. Eso desvía al pueblo de desarrollar su propia fuerza, para empujar sus demandas y generar un movimiento social que debe siempre ser autónomo y no como en la época del PRI-Gobierno, parte del corporativismo. Apéndices de partidos y gobiernos. Recordemos como en aquellas épocas entrar a trabajar implicaba ser miembro de un sindicato, afiliados al PRI y apoyando al gobierno príista.


El pueblo tiene su propia voz, es necesario que se organize para que se exprese. En democracia el pueblo debe decidir y hacer su voluntad. El pueblo debe mandar y sus representantes responder a la voluntad popular.


Todos los mecanismos actuales buscan enajenar al pueblo, someterlo e imponerle una agenda que no es la suya.


Eso vamos a romper, vamos a darle prioridad a nuestra propia agenda, a nuestras propuestas hacia el futuro. Las diferentes organizaciones, colectivos, personas vamos a organizarnos para escucharnos, romper el aislamiento y la fragmentación en la que nos ha colocado el neoliberalismo. A enfocarnos en nuestra propia visión de las cosas y ver el mundo con nuestros propios ojos, no con lo de quienes nos dominan.


El Encuentro de septiembre para enfocarnos en la Agenda del Pueblo, tiene la virtud de buscar que nos concentremos en el diagnostico de México y en las medidas a tomar de cara al futuro.

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