top of page

Producción y soberanía alimentaria

Por Itzcuauhtli Paz


Para quien produce nuestro sector agropecuario, porque no somos autosuficientes en alimentos, importamos el 40% de lo que comemos, somos el primer importador de maíz del mundo, mucho del maíz amarillo que importamos de EU es transgénico y caro. Si vemos ciertos datos parecen alentadores, pero habrá que analizar el fondo. El campo mexicano se ubica entre las 12 economías con mayor producción agrícola en el mundo, empleando sólo a 5.5 millones habitantes generando $514,000 millones al año en productos agrícolas, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. Los datos oficiales muestran una situación magnífica por ejemplo En 2020, con 40 millones 314 mil 538 toneladas de al menos 59 frutos y 57 tipos de hortalizas permitieron a México ser el quinto productor mundial (con el 2.5% de la demanda). De las 32 entidades federativas son los 13 estados que concentran la mayor actividad agrícola del país destacando Michoacán (aguacate y zarzamora), Sinaloa (maíz y jitomate), Jalisco (maíz y agave), Chiapas (maíz y pastos), Sonora (trigo de grano y uva), Veracruz, México, Guanajuato, Tamaulipas, Ciudad de México, Zacatecas, Oaxaca y Baja California.

La producción de estas entidades aporta al PIB del sector primario $226,517,293.10 de pesos y emplea a 2,342,241 de sus habitantes y la edad promedio de la población que trabaja en este sector es de 50 años. Pero hay que distinguir quien produce y cómo produce, porque el mercado en el neoliberalismo las corporaciones agroindustriales tienen el monopolio del sector y marginan al mediano, pequeño y micro productor que viven en condiciones paupérrimas. Por otro lado, es impactante que los jóvenes sean expulsados del campo por las malas condiciones que viven y tengan que arriesgar la vida migrando a EU donde no cuentan con derechos.

Gran parte de las tierras mexicanas aún son productivas pero se han colocado al servicio de la demanda del mercado de EU, tanto que en el 2020 se exportaron una gran cantidad de productos agroalimentarios como el aguacate ( por 3 104 millones de dólares), berries (por 2 615 millones de dólares), jitomate (por 1 980 millones de dólares), brócoli y coliflor ( por 1 113 millones de dólares), nuez ( por 806 millones de dólares), pepino (por 566 millones de dólares), limón (por 553 millones de dólares), espárrago (por 433 millones de dólares) y mango por (422 millones de dólares). Los productos que se exportan son realmente representativos para el PIB y aunque el costo de los aranceles se mantiene constante es oprobioso que el costo de la comercialización interna de estos productos en el país varía significativamente llevando al alto costo del kilo del aguacate a más de 100 pesos y no solo el país exporta productos, sino que causa daños ambientales con tal de satisfacer el mercado externo.


En lugar de producirlos en el país, que cuenta con millones de desempleados y millones de hectáreas de uso agrícola abandonadas, también importa productos como los ajos ( por 39 558 miles de dólares), papas (por 30 015 miles de dólares), lechugas (por 14 792 miles de dólares), espinacas (por 13 219 miles de dólares), zanahorias y nabos (por 5 506 miles de dólares), chicharos (por 5 259 miles de dólares), frijoles (por 602 miles de dólares) y no solo estos el maíz es uno de los granos que más se consume y no se produce es suficiente en el 2021 se importaron 17.5 millones de toneladas entre maíz blanco y amarillo, del maíz amarillo se importó el 73% del cual el 92% es proveniente de Estados Unidos, es importante desarrollar una estrategia agroalimentaria que favorezca al campesino, limite a las corporaciones agroindustriales y sus prácticas indeseables y pueda abastecer los alimentos que se consumen en el país y reducir las importaciones haciendo de México un país soberano en la producción agrícola.

En la actualidad la producción del campo mexicano depende entre otros factores de la utilización de fertilizantes, algunas de las prácticas actuales como los monocultivos, el uso de fertilizantes químicos, la mala aplicación de fertilizantes, cambio de uso de suelo, pastoreo, deforestación, falta de aplicación de abonos, ha generado que los suelos agrícolas se encuentren erosionados, compactados y carentes de nutrientes. Una gran solución sería sustituir los fertilizantes químicos importados o nacionales por fertilizantes naturales, que se pueden producir de manera sustentable en cada comunidad sin depender de la importación de lejanos países. La producción local de fertilizantes reanimaría la producción y el empleo local, de pequeños y medianos productores.

bottom of page