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TENEMOS NUESTRA PROPIA AGENDA

MEXTEKI

Es importante que tengamos nuestra propia agenda, la del pueblo trabajador, la de México y la de las naciones originarias y distinguir entre lo urgente y lo necesario, para ir avanzando sin desviarnos de nuestra meta. Tenemos nuestra propia causa y debemos encabezarla, cumplir nuestras tareas y no ir a la cola de la agenda de los políticos del sistema.


Hoy por hoy la renovación democrática y la construcción de soberanía, la lucha por los derechos de todas y todos son lo central. Debemos enfocarnos en desarrollar nuestro propio trabajo, nuestro plan y en buscar las formas para avanzar construyendo la unidad del pueblo, de los pueblos, y potenciar su fuerza para superar obstáculos y vencer los intereses de las corporaciones y de sus gobiernos.

La burguesía busca mantenernos divididos y distraídos con pleitos, divisiones, descalificaciones, escándalos, desinformación. Quiere personalizar la política y ocuparse de los individuos y no de los intereses sociales ni de la agenda a desarrollar para la solución de los problemas, tampoco quiere que la gente tome en sus propias manos las decisiones y participe en la política, y menos en que se organice y actúa.

Buscan desinformarnos y dejar de lado las situaciones del país, la región y el mundo. Los principales medios nos limitan a una muy escasa información y solo hacen campañas con los temas y el enfoque que a ellos les interesa.

Quieren que en todo veamos problemas personales, que se podrían arreglar cambiando de personas, o que el mal viene de tal o cual partido y no del sistema que los engendra y los sostiene. O que las buenas decisiones vienen de una persona o de un partido cuando lo que importa es la organización del pueblo para que decida y cumpla sus objetivos. Es imprescindible construir un sistema en el que se defiendan las mejores causas e impida abuso, corrupción, crímenes.

El problema que causa tal o cual empresa o tal o cual magnate hay que contextualizarlo y develar la idea de que detrás de todo está el sistema actual que es la moderna dictadura de las corporaciones. Porque si no abonamos la idea de que lo que hace falta no es un magnate que sea “buena persona” o empresas “buenas” cuando la dinámica del sistema capitalista obliga a las corporaciones a acumular ganancias a monopolizar, que están obligadas a actuar despiadadamente y explotar al máximo los recursos materiales y humanos. Hay que señalar que es el sistema mismo el que hay que transformar. Además, debemos estar muy claros que el sistema político actual, el sistema de partidos no permite las decisiones democráticas de la gente, ni que se empodere el pueblo.

En la política dominante, para evitar que la gente desarrolle iniciativas, ideas, que tenga su propio juicio y su propia organización, buscan que la gente tome postura a favor o en contra de determinada persona o siga siempre los temas que les interesa para dividir y promover la polarización y el sumarse a ciegas para apoyar o atacar dejando de lado la búsqueda de las alternativas, los consensos, las vías para avanzar y la construcción de un proyecto de construcción nacional.

Siembran la idea de desconfianza en el pueblo, de negatividad y derrotismo, y de que en realidad no vale la pena organizarse, porque a final de cuentas nada se va a transformar, todos los males serán eternos, según quienes defienden al sistema actual.

Pero sabemos que todo en la vida es cambio y movimiento, a veces se avanza, otras se retroceden, pero siempre predomina la evolución. La realidad es muy dinámica. La burguesía busca que creamos que todo es estático y siempre permanecerá igual, que no hay salidas, promueve la inmovilidad y la negación del potencial revolucionario de los pueblos. O que, en vez de analizar los nuevos acontecimientos y las nuevas formas de salir adelante, repitamos siempre los viejos esquemas y dogmas. Es nuestro deber buscar soluciones de acuerdo con la realidad actual y a las nuevas circunstancias, y es primordial ver hacia lo que nos corresponde a nosotros hacer como individuos y como organización para salir adelante. Es la hora de que el pueblo tome la iniciativa, se informe con su propio enfoque, se eduque, se movilice y actúe según su propia agenda.

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