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  • Foto del escritorMexteki

TENER PALABRA

Ana Arenas


Somos humanos gracias a la palabra, la necesidad de comunicarse para sobrevivir en un grupo que trabajaba vivía, luchaba colectivamente hizo necesario el desarrollo del lenguaje, primero el corporal, luego el verbal.


Somos humanos gracias al trabajo y a la fabricación de herramientas, lo que requiere del lenguaje. Pensamos porque elaboramos conceptos que se traducen en palabras que sirven para coordinar la vida laboral y social.


El ser humano que se precie de serlo tiene palabra. Esta le permitió sobrevivir e ir desarrollando grandes culturas. Compartir los conocimientos e investigaciones sobre la naturaleza, coordinar las construcciones, mejorar la elaboración de herramientas. La palabra permite externar ideas, emociones, planes, metas.


Durante miles de años el ser humano ha contado con la palabra como elemento esencial para la cohesión social y el desarrollo de relaciones interpersonales. Mientras más desarrollada, apreciada y respetada era una persona, más elaborado tenía su lenguaje y su palabra era escuchada y respetada.



Tener palabra era lo más apreciado en la sociedad humana, en sus orígenes, el que no tenía palabra era un excluido y marginado social. No hacían falta contratos, la palabra era lo que valía. Aquí en el Anahuac antes de la invasión española, el respeto a la palabra era absoluto. Era muestra de cultura y de civilización. Se decía lo que se pensaba, de hacía lo que se decía, lo que se pensaba se hacía. Esta era la única manera de relacionarse para mantener unida a la comunidad. La mejor defensa para la colectividad humana es el respeto a la palabra.




Con los invasores llegó la mentira y el engaño. La palabra se pisoteo para dar lugar el engaño, la mentira, el disimulo. Así fue en el colonialismo y ha empeorado en el neoliberalismo. Nos expropiaron la palabra y nos obligaron a callar, mientras por todos los medios la usan para dominar al pueblo, oprimirlo, enajenarlo.


Hoy estamos recuperando la palabra, es indispensable para la organización que nos expresemos, que digamos lo que pensamos, que cumplamos nuestra palabra. Hacer, pensar y decir están unidos para la acción transformadora. La palabra es nuestra arma nuevamente y medio de unión y comunicación.



El capitalismo salvaje quiere que el pueblo siga sin palabra, que no cumpla lo que dice, que no diga lo que piensa, que no se comunique ni forme colectivos. Quiere que sigamos sin palabra, como si fuera a nosotros a quienes conviene mentir y engañar, disimular y pisotear nuestras promesas.


Pero a nosotros nos conviene recuperar la palabra. La palabra es un vehículo de unión, educación, movilización, organización. Es nuestra y solo podemos ser dignos y respetados si tenemos palabra. En nuestra organización Mexteki, la palabra se respeta y si damos nuestra palabra es para cumplir lo que decimos, por eso estamos bien organizados.


Para estar organizados, contamos en primer lugar con el respeto a la palabra, a los acuerdos colectivos, a las decisiones que todos tomamos y aceptamos. Entonces ponemos todo nuestro empeño individual en impulsar el éxito del objetivo de la colectividad y vemos la forma de cumplir, con disciplina, lo acordado. Así la lucha tiene éxito.


La palabra es el vehículo para llegar a acuerdos, para interrelacionarnos, responder preguntas, informar a tiempo tomando en cuenta al colectivo, corregir errores, pedir disculpas. Escuchar la palabra de otros enriquece el trabajo y la vida. Tener palabra es hablar con la verdad, abiertamente.


La palabra es la oportunidad de establecer comunicación, trazar planes, construir acuerdos, aclarar situaciones, para lograr la cohesión.


Hoy los que defienden lo viejo buscan acabar con la palabra romper la comunicación entre los seres humanos usando insultos, descalificaciones, mentiras descaradas en inglés le llaman fake news, diálogos de oídos sordos, para que la gente no llegue a acuerdos. Esto es claro en redes sociales, donde muchas veces en lugar de analizar se descalifica, ridiculiza e insulta. Tratan de impedir la palabra para construir lo nuevo.


La palabra se debe usar para proponer alternativas, soluciones, plantear los problemas de cara a una solución. Cuando se usa para quejas y reclamos constantes sin dar salidas, las palabras caen en un agujero negro.


Hay que tener palabra, si te comprometes … cumple, si no puedes cumplir avisa, si no avisaste discúlpate. Solo así se puede mantener el respeto, la cohesión y la unión en un colectivo.


Demos nuestra palabra de que nos comprometemos en encontrar las soluciones a los problemas actuales de México, a luchar por este gran objetivo a alcanzar y a contribuir a la organización para que la clase obrera coadyuve a desarrollar la fuerza organizada de todo el pueblo.

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