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Tianguis alternativos como apoyo a la soberanía alimentaria.

Rocío Luna


Frente a este abanico de posibilidades, son las decisiones de los consumidores las que trazan el camino del presente y el futuro del consumo responsable que permita garantizar la sustentabilidad y fortalecer el camino hacia la soberanía alimentaria.



Una nueva alternativa para el consumo de productos locales es una tarea que hoy debe de reforzarse y fomentar estos nuevos espacios y los existentes como lugar donde conviven el productor y el consumidor de forma directa sin intermediario.


Los tianguis y mercados alternativos no solo se comercializan productos agroecológicos, sino que al promover la eliminación de la intermediación a partir del intercambio directo entre productores y consumidores se exploran distintos tipos de vínculos y relaciones entre los participantes. Además, forman parte de la construcción de alternativas que surgen en diferentes partes del mundo como respuesta a expresiones de la crisis civilizatoria. Entre otras dimensiones de dicha crisis, mencionamos el acceso y la seguridad de los alimentos, la concentración de la tierra, los problemas ambientales y la falta de representatividad colectiva 

La economía solidaria (ES), como otras propuestas alternativas de producción, consumo e intercambio, promueve relaciones más justas y reivindica las distintas luchas contra la exclusión y la pobreza. La definimos como el conjunto de actividades que contribuyen a la democratización de la economía a partir de compromisos ciudadanos.


Estos espacios son esfuerzos por explorar nuevas configuraciones socioeconómicas, políticas y culturales en contextos territoriales específicos. Lejos de responder a generalidades (y en ese sentido se oponen diametralmente a la lógica de las franquicias) se adaptan y expresan las motivaciones de sus participantes.


El vincular a los productores con los consumidores es una tarea que debe de ser difundida y apoyada por la comunidad, prestar apoyo a estos pequeños productores para que lleguen a dónde puede comercializar sus productos de una manera justa tiene que ser tarea del gobierno. Empezar a consumir de una manera local para que en el futuro dependemos menos de las grandes corporaciones qué compran de una manera injusta al productor.


Hoy con la crisis sanitaria qué es mundial muchos aeropuertos y fronteras se han visto cerradas y se ha interrumpido el flujo de alimentos, esta situación se refleja en el costo y abastecimiento de los alimentos en los supermercados, aprovechemos estas circunstancias para rectificar el sentido de los alimentos y propiciar estos espacios del mercado justo y ético entre productores y consumidores. 


Como consumidores tenemos también una gran tarea que es empezar a consumir de una forma ética y no estética, es decir qué consumamos productos de temporada y no seamos tan exigentes con la estética al comprar ya que muchos de los productos que se comercializan por los pequeños productores no tienen estos estándares de belleza que ha impuesto el capitalismo al momento de seleccionar nuestros productos.


Consumamos local apoyemos a los pequeños productores… comencemos un nuevo pensar en nuestro consumo de una forma ética y no estética.


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