Transiciones Justas - ¡Juntos! Sindicatos y Ambientalistas
- Mexteki
- 12 jun
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Palabras de Silvia Ramos del Consejo Nacional del Pueblo Mexicano. 7 de junio 2025
Buenas tardes a todas y todos. Es muy importante para mi como mexicana, compartir este espacio con compañeros de lucha del viejo continente. El objetivo de mi presencia aquí es escuchar otros puntos de vista de otros actores en otros mundos tejer puentes de comunicación y acción entre todos, como trabajadores, en defensa de una transición justa, como ciudadanos afectados por el cambio climático y como mujeres dadoras de vida que no podemos permitir que siga este sistema de muerte y destrucción que como decía Marx, destruye a sus dos principales riquezas, la naturaleza y el hombre.
El cambio climático es una realidad y una amenaza global que no discrimina fronteras, afectando tanto a las naciones más ricas y poderosas como a las más vulnerables. El aumento de las temperaturas globales provoca fenómenos meteorológicos extremos como huracanes devastadores, incendios forestales incontrolables y olas de calor intensas, poniendo en riesgo vidas humanas y causando daños económicos billonarios, Además, las implicaciones sociales y políticas del cambio climático pueden desencadenar conflictos por los recursos naturales y migraciones masivas. Por lo tanto, la crisis climática exige una respuesta global coordinada y urgente para mitigar sus impactos y proteger el bienestar de todas las naciones. Sin duda alguna, el cambio climático es una manifestación de la crisis del modelo civilizatorio capitalista.
La desigualdad en el impacto del cambio climático es evidente, ya que los países industrializados, que son los que más han contribuido al problema, tienen más recursos para enfrentarlo, mientras que los países menos desarrollados, que emiten menores cantidades de gases de efecto invernadero, son los más afectados.
Cada décima de grado que aumenta la temperatura global, representa un futuro más incierto y sombrío para millones de especies, incluyendo la nuestra. Considerando la trascendencia, complejidad y dimensiones de la transición energética, los Sindicatos y movimientos sociales compartimos en general una visión común hacia un nuevo sistema energético más justo, sostenible y democrático, que priorice el bienestar humano y ambiental sobre las ganancias de unos pocos.
Considerando que la energía es una dimensión estructural de la economía con repercusiones en la vida social, la seguridad y la soberanía nacional, la alternativa de mayor viabilidad en términos económicos, sociales y ambientales es una transición hacia un modelo público de energía: democrático, descentralizado y desmercantilizado de la producción, distribución y consumo de energía; alejándose del modelo tradicional de energía centralizada y privatizada. Este enfoque busca:
l Priorizar la energía renovable,
l La eficiencia y la justicia energética,
l Promover la participación de las comunidades y los ciudadanos en la toma de decisiones sobre la energía y tarifas justas,
l Un papel activo del estado en la gestión y desarrollo de fuentes de energía,
l Asumir un rol central como impulsor de una transición energética, facilitando y regulando el desarrollo de infraestructura.
Nuestro programa sindical propone un enfoque público y planificado para la transición energética, con el objetivo garantizar que la transición sea justa y equitativa. Reconocemos el acceso a la energía como un derecho humano y abogamos por la reversión de las políticas neoliberales que han afectado negativamente al sector eléctrico, reiteramos que es imprescindible la gobernanza democrática, el control público de los recursos energéticos, y el financiamiento público para la transición energética.
El movimiento sindical desde de la conferencia de las partes de 2015 (COP21), promovió el concepto de "Transición Justa" en el preámbulo del Acuerdo de París, destacando la importancia de proteger a los trabajadores y sus comunidades durante la transición hacia una economía baja en carbono, estableciendo que la base de las políticas de transición justa efectivas radica en defender los derechos laborales, fomentar el diálogo social y garantizar trabajo decente para todos. No solo aborda la necesidad de cambiar hacia energías limpias; es un enfoque que reconoce y responde a las causas subyacentes de desigualdad, injusticia ambiental y vulnerabilidad económica, busca una solución integral que no reproduzca las desigualdades y problemas de la era de los combustibles fósiles.
La transición energética representa, posiblemente, nuestra última y más crucial oportunidad para transformar profundamente nuestras estructuras sociales y económicas . Este proceso implica alejarse de una dependencia de los combustibles fósiles y avanzar hacia un compromiso radical con energías limpias y renovables, sentando las bases para un futuro sostenible y equitativo.
Los trabajadores luchamos por una "transición justa" y democrática para garantizar el derecho a una vida digna con trabajo decente, pero la crisis ambiental nos exige proponer cambios estructurales en el modelo de Desarrollo, esto implica extender nuestra estrategia de acción más allá de nuestras reivindicaciones laborales, para evitar futuros colapsos, impulsando nuestra agenda social para la democratización del sistema energético y los servicios esenciales.
Los técnicos y profesionistas petroleros como trabajadores de la energía estamos comprometidos en avanzar hacia la transición energética, pero luchamos porque esta transición sea justa, democrática y con respeto a los derechos humanos laborales como el derecho al trabajo y salarios justos.
Y los sindicatos cada vez más están en la primera línea de defensa del planeta. Más de 30 sindicatos formaron un Grupo de Trabajo Sindical para elaborar El “Programa Sindical para un Futuro Energético Público y Bajo en Carbono” (“Programa”), el cual presentaron el 4 de noviembre de 2021 en Glasgow, Escocia, en el marco de la jornada de resistencia a la COP 26.
El Programa es un intento de reunir al movimiento sindical internacional en torno a un ambicioso esfuerzo político para lograr un cambio fundamental en la política climática y energética. Este cambio es necesario tanto para corregir los fallos del modelo de mercado como para garantizar que la transición energética sea socialmente justa, económicamente viable y eficaz para alcanzar los objetivos climáticos.
No es opción permanecer indiferentes mientras las emisiones de CO2 superan los 1.5° C, no podemos ignorar que el deterioro ambiental sigue avanzando, por lo que expresamos nuestro deseo que este encuentro sea memorable y trascendente tanto por su contenido como por sus resoluciones.
Nuestra disputa ideológica es contra el modelo de desarrollo vigente, que tiene al individualismo y la competencia como sus bases. Si el poder que estamos enfrentando es un poder hegemónico, la respuesta de los trabajadores debe ser mundial, debemos cambiar el equilibrio del poder, partir del reconocimiento de que los sindicatos son necesarios para lograrlo. Es necesario organizarnos desde abajo, buscar nuevas formas de organización con otros sectores de la Sociedad, debemos hacer sinergia con las organizaciones que luchan por la defensa del planeta. Las luchas aisladas nos pueden dar pequeñas victorias, pero sólo las luchas unitarias, nos pueden permitir lograr la correlación de fuerzas necesaria para lograr la transformación, es decir, Debemos construir poder popular. Por lo anterior, la solidaridad de clase debe ser uno de los pilares del nuevo internacionalismo, solos no podemos, la unidad obrero-campesina-popular es decir el poder popular es el que nos llevará a la victoria.
Para concluir, no puedo dejar de mencionar mi más profunda indignación por el secuestro de los integrates de la flotilla por la Libertad por parte del estado genocida de israel. Exigimos la Libertad inmediata de todos sus integrantes. Alto al holocaust Palestino. Fuera sionazis terroristas de las tierras robadas a los Palestinos.
Hasta Victoria siempre.
Gracias.
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