Rocío Luna
Tres décadas después de acabar con la dictadura en un histórico plebiscito, los chilenos volvieron este domingo 23 de octubre a votar en referéndum para decir no al modelo de sociedad neoliberal implantado por el régimen del general Augusto Pinochet, aún vigente. Los resultados oficiales no dejan lugar a dudas sobre el aplastante deseo de finiquitar el actual modelo económico protegido constitucionalmente: el 78% votó a favor de que la Constitución de 1980 sea derogada y sustituida por otra que, con toda seguridad, apostará por un Estado social y democrático de derecho.
También fue contundente la elección del organismo que la redactará: una convención compuesta por 155 ciudadanos que serán elegidos en abril para ese fin, con carácter paritario entre hombres y mujeres. Esta alternativa ha sumado un 79% de las preferencias, contra un 21% que eligió la convención mixta, que habría estado compuesta por 172 miembros, entre ciudadanos no políticos y parlamentarios. “Hoy ha triunfado la ciudadanía y la democracia y la paz sobre la violencia”, ha indicado el presidente Sebastián Piñera en La Moneda, arropado por todo su Gabinete.
La elección se realiza justo un año después de que tuviera lugar, el 25 de octubre de 2019, la mayor marcha realizada en democracia. Más de 1,2 millones de personas se reunieron en torno a la Plaza Italia de Santiago, una demostración de la profundidad y amplitud del descontento social acumulado en décadas en un país considerado un modelo de crecimiento económico y estabilidad en América Latina.
Ahora el país debe volver a las urnas el 11 de abril de 2021 para elegir directamente a los miembros de la convención constituyente. Ahí se elegirán a 155 miembros repartidos equitativamente entre hombres y mujeres, con un número de escaños reservados para los pueblos indígenas. Con esta opción ningún género podrá tener más de un 50%+1 de la instancia, es decir, podrá haber un máximo de 78 hombres o mujeres electos. Y, así la convención que redacte la nueva Carta Magna se constituirá en mayo de 2021.
Esta no es solo la primera vez en la historia de Chile que la ciudadanía es llamada a votar si quiere o no cambiar una Constitución; también marca un hito al ser una Carta Magna cuya redacción quedará en manos de un grupo colegiado elegido directamente por votación popular.
Este órgano constituyente tendrá la labor de redactar el texto que reemplazará a la Constitución de 1980, que buena parte de la sociedad considera ilegítima.
Entre los principales temas que abordará el órgano constituyente están la desigualdad y las reformas sociales, reclamos de las pasadas protestas que fueron el detonante para se realizará este plebiscito.
Analistas entrevistados coinciden en que la nueva Constitución no solucionará todos los problemas, pero sí sería un primer paso muy importante para restaurar un equilibrio social en Chile.
El desafío para el país consiste en ser capaces de construir la nueva Sexta República chilena en forma tranquila y en paz. Aislar los hechos de violencia y poder deliberar en democracia sobre los fundamentos de nuestro sistema político. Supone aceptar la diversidad de puntos de vista, combinar la opinión especializada con el sentido común ciudadano. Respetar las atribuciones y la división de funciones del poder y estar preparados para ser persuadidos por las opiniones adversarias. Se trata de combinar los principios, valores y normas de la democracia con la energía y poder que se necesita para construir un nuevo sistema político en Chile.
El triunfo en Chile es muy significativo porque ahí en 1973, la dictadura de Augusto Pinochet inició el modelo neoliberal, luego lo imitaron Margaret Thatcher en GB y Ronald Reagan en EU. Se impulsaron las privatizaciones, congelamiento de salarios, la apertura comercial, reducción del gasto social, salud, educación. Lo presentaban y vendían como el "modelo" y éste ya demostró su fracaso.
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